¡Hola comelibros! ¿Qué
tal vuestra semana? Hoy, buscando ideas en los recovecos de mi mente para ver
que podía publicar en el blog, he recordado la antigua sección que hace unos
meses solía postear los miércoles. En ella, por si aún no estabais por aquí,
compartía un poema que me gustara para que todos vosotros podáis disfrutarlo
también.
No voy a mentiros,
no soy una persona que lea mucha poesía. Si tiene un lenguaje demasiado
recargado o un estilo muy metafórico no termina de transmitirme lo que debería.
Pero claro, como con todo, a veces encuentro algunas cositas con las que digo “oh
dioses, pero que preciosidad” y hace que se me ponga la piel de gallina. Hoy,
quiero enseñaros uno de esos.
Es una composición
de Bécquer, mi poeta favorito. Espero que os guste ^^
"Dos rojas lenguas
de fuego
que, a un mismo
tronco enlazadas,
se aproximan, y al
besarse
forman una sola
llama;
dos notas que del
laúd
a un tiempo la mano
arranca,
y en el espacio se
encuentran
y armoniosas se
abrazan;
dos olas que vienen
juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se
coronan
con un penacho de plata;
dos jirones de vapor
que del lago se
levantan
y al juntarse allá
en el cielo
forman una nube
blanca;
dos ideas que al par
brotan,
dos besos que a un tiempo
estallan,
dos ecos que se
confunden,
eso son nuestras
dos almas."