Reseña | Saga Percy Jackson y los dioses del Olimpo

Si alguna vez has escrito una reseña sabrás que no es una tarea sencilla. Requiere una concentración, estudio de la novela y de tus propias emociones para determinar, finalmente, qué puntuación darle. Si a esta “dificultad natural” le añadimos el hecho de no tener más que palabras buenas para ella y ser incapaz de exponer tus pensamientos sin que te dé un ataque de fangirleo, la misión se convierte en algo que da más de un quebradero de cabeza. (Y, aunque me gustaría, no puede escribir genial genial genial un millón de veces y dar por concluida mi opinión).

Por supuesto, toda esta parrafada tiene un motivo de ser.

Habéis especulado bien: esta va a ser una reseña complicada.

ATENCIÓN: Ya que sé que si hiciera reseña individual de cada uno de los libros de la saga acabaría quedándome sin nada nuevo que decir, he decidido hacer una reseña conjunta de la primera saga de Percy Jackson. No contiene spoiler de ningún libro.

Título: Percy Jackson y los dioses del Olimpo

Autor: Rick Riordan

Editorial: Salamandra

Libros que la conforman: El ladrón del rayo| El mar de los monstruos | La maldición del titán | La batalla del laberinto | El último héroe del Olimpo

¿Qué pasaría si un día descubrieras que, en realidad, eres hijo de un dios griego que debe cumplir una misión secreta? Eso es lo que le sucede a Percy Jackson, que a partir de ese momento se dispone a vivir los acontecimientos más emocionantes de su vida.

Expulsado de seis colegios, Percy padece dislexia y tiene dificultades para concentrarse, o al menos ésa es la versión oficial. Objeto de burlas por inventarse historias fantásticas, ni siquiera él mismo acaba de creérselas hasta el día que los dioses del Olimpo le revelan la verdad: Percy es nada menos que un semidiós, es decir, el hijo de un dios y una mortal. Y como tal tiene que descubrir quién robó el rayo de Zeus y evitar que estalle una guerra entre los dioses. Para cumplir la misión contará con la ayuda de sus amigos Grover, un joven sátiro, y Annabeth, hija de Atenea.

Al comienzo de esta historia se nos presenta a Percy Jackson, un niño de doce años que padece THDA y dislexia. Por este motivo, su vida nunca ha sido fácil ni estable: siempre encuentra complicaciones allá donde va y lo echan de todos los colegios a los que asiste.

Pero lo que jamás imaginaría es que es el hijo de un antiguo dios griego y que su vida está a punto de dar un giro de 360º, ya que es el elegido para desempeñar una serie de misiones en las que se juega, nada más ni nada menos, el futuro de la humanidad.

Creo que en esta ocasión es necesario hablaros de cómo conocí estos libros. Mis amigas Toñi y Romina llevaban meses hablándome de lo maravillosa que era esta saga y repitiéndome una y otra vez que tenía que leerla. Fue por eso por lo que en Navidad decidí darle una oportunidad, con las expectativas por la estratosfera y decidida a enamorarme.

Y desde luego, lo hice.

Desde un principio me llamó muchísimo la atención el mundo tan fascinante que había creado Rick Riordan. Conforme leía más albergaba menos dudas sobre él y me daba cuenta de su excelente estructuración y la manera en la que estaba meticulosamente pensado para que todo encajara. Tengo la teoría de que un mundo fantástico está bien creado cuando – aun sabiendo de su inexistencia – crees que aquello que te cuentan podría ser real.

Riordan consiguió que yo lo creyera y me emocionara con cada una de las situaciones que se plantean y a las que han de enfrentarse nuestros personajes. Y esto ha sido, en gran parte, gracias a su prosa.

La narración de las novelas está en primera persona desde el punto de vista de Percy. Como él es un personaje divertido y espontáneo la manera de narrar contiene estos dos ingredientes que la hacen tan amena y especial.

Abundan las descripciones, lo cual – aunque a veces pensaba “¡por los dioses, ve al grano!” – hace que podamos empatizar mejor con los personajes en los retos que los abordan, ya que todo el ambiente está creado de forma exacta.

En los personajes se aprecia una evolución notable. Ya no solo en la madurez que adquieren al ir cumpliendo años con el paso de los libros, sino también en cómo las misiones a las que se enfrentan cambian su forma de comportarse y ver las cosas.

Esta evolución es especialmente clara en el personaje Nico DiAngelo (el cual aparece por primera vez en La maldición del titán).

La acción es abundante a lo largo de toda la saga. No recuerdo haber leído ningún “capítulo de relleno” en los cinco libros que la conforman, sino que en cada uno de ellos hay algún detalle de importancia, por pequeño que sea.

Por otra parte, el romance es escaso y lo poco que se nos da es ya finalizando la saga. En un principio esto me desesperaba (yo lo veía, pero los personajes parecía que no y necesitaba que pasara algo y agh) pero ahora, analizándolo con la mente más en frío , lo considero un punto a favor para afianzar la relación que existe entre ellos.

El final del último libro me pareció perfecto. Realista y sorprendente, justo lo que yo esperaba de él.

En resumen: Percy Jackson ha sido una saga magnífica y original. Ha conseguido transmitirme muchísimos sentimientos, hacerme reír y llorar y provocarme algún que otro paro cardíaco gracias a sus giros argumentales.